Es un masaje tradicional creado en el siglo XIX por un instructor de esgrima sueco y que sigue reportando tan buenos beneficios como entonces.
El masaje se dirige hacia las capas profundas del sistema muscular mediante técnicas de percusión, presión, estirado y trabajado de los músculos.
Estimula el sistema nervioso afinando la capacidad de atención, mejora el retorno de la circulación sanguínea y eleva la temperatura muscular ayudando a liberar fascias y tendones como si hubiese realizado ejercicio físico.
Es un masaje ideal para mantener la flexibilidad corporal y un cuerpo fresco y relajado.